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El coyote
El embaucador
Coyote diablillo volviste a engañar me tengo que sentarme a
pensar porque lo hiciste
Existen miles de leyendas y cuentos acerca del Coyote, el
gran embaucador. Muchas culturas indígenas lo llaman el perro de la medicina.
Si te ha salido la carta del Coyote, puedes estar seguro de que se acerca algún
tipo de medicina, que quizás te guste o quizás no. Pero cualquiera que sea la
medicina, buena o mala, puedes estar seguro de que te hará reír, incluso
dolorosamente, también puedes estar seguro de que el coyote te enseñará algo
sobre ti mismo.
El Coyote posee numerosos poderes mágicos, aunque no siempre
funcionan a su favor. Se deje engañar por sus propios o por sus propios
embustes. Es el gran embaucador que se engaña a sí mismo. El mismo está más
sorprendido que nadie del resultado de sus triquiñuelas. Está en su propia
trampa. Y, sin embargo, de alguna manera consigue arreglárselas para
sobrevivir. La experiencia puede dejarle molido y dolorido, pero enseguida
estará listo para cometer una equivocación todavía más grande, sin acordarse de
aprender de sus errores. Nunca se da por vencido, pero más batallas que pierda.
El Coyote es sagrado. Es la locura de sus actos vemos un
espejo de nuestra propia estupidez. Mientras va de un desastre a otro,
perfecciona al máximo el arte del autosabotaje. Nadie puede embaucar tan
ciegamente a los demás y así mismo con tanta gracia y facilidad como este
embaucador sagrado. El coyote se toma tan en serio a sí mismo que hace veces es
incapaz de ver lo evidente, por ejemplo la aviso nadadora que está a punto de
aplastarlo. Por eso cuando la tiene encima sigue sin creérselo.
“¿de verdad era una apisonadora?” tengo que ir a verlo dice
y una vez más lo vuelvo a aplastar.
La medicina de este embaucador contiene 1 mol ancestral. La
broma cósmica no se refiere sólo a nosotros, sino a todos los demás, siempre
que siga al coyote o tenga una medicina potente del Coyote. Alguien así podría
convencer a los demás de que una mofeta huele a rosas, pero lo cierto es que
sigue siendo una mofeta.
Si te ha salido la carta de la medicina del Coyote, tienes
que despertarte. Cuidado tu casa de cristal puede derrumbarse en cualquier
momento. Todos tus espejos pueden hacerse añicos. El embajador divino te
persigue, y podría alcanzarte. El coyote se rasca bajo los brazos. Ejecuta una
danza delirante. Prende fuego a la punta de su cola cuando jugando con fósforo.
Para ponerse a salvo, salta al estanque y casi se ahoga. El coyote seduce una
estatua de hormigón. Cree que ha encontrado un hueso, pero es una serpiente de
cascabel. Todos contemplan esta escena cósmica. El coyote eres tú, yo trampas
explosivas, aviones con lavabos que no funcionan, citas a ciegas y todas las
situaciones cómicas y caprichosas que nos encontramos a lo largo de la vida.
Prepárate para más risas, muchas más.
Que asciende la superficie de tu experiencia. Pregúntate qué
es lo que de verdad está haciendo el y por qué. El coyote es tu medicina. Te
gasta bromas a ti mismo. Trata de engañar a un adversario. Alguien te está
embarcando. Quieres darle al raro de la oficina el número de teléfono de esa
nueva secretaria tan guapa. Quieres gastarle una broma a tu mejor amigo. Cuándo
fue la última vez que hiciste algo solo porque era una locura y te parecía
divertido.
Por otra parte, quizás no sea consciente de tus propias
tonterías. Puede que te hayas convencido a ti mismo, a tu familia, a tus amigos
e incluso al público en general de que sabes lo que haces. Pero escucha,
Coyote. Te has dejado enredar por tu propio embuste. Has creado un engaño que
desconcierta, aturde y confunde. Recoge los ojos de prestidigitador del suelo y
vuelve a colocarlos en sus cuentas. Date cuenta del genio de tus actos de
autosabotaje. Mira lo divertido que es y ríete, embaucador, ríete.
Perderás la jugada, si no puedes reírte de ti mismo y de tus
payasadas locas. El coyote siempre acude cuando las cosas se ponen demasiado
serias. La medicina consiste en reír y bromear para poder adoptar nuevos puntos
de vista. Si posees la medicina del Coyote, puedes emplearla para animar a esos
viejos recatados, para darles alegría a una fiesta o para escapar fácilmente de
una conversación pesada. Mira el lado positivo de sabotear.
El Alquimista De La Noche
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