Bendición para el recién nacido
Durante nueve meses, has soñado
debajo de su corazón
y has esperado que tu alma y tu
cuerpo crecieran lo suficiente para sostener.
En la vida y a través de lo que
este nuevo mundo te conceda.
Has pasado el umbral del
nacimiento y ahora,
separado de la carne de tu
madre, debes comenzar por ti mismo.
Con tus dulces ojos ves nuevas
todas las cosas.
Míranos ahora y empecemos la bendición.
Tu madre te arropa contra su
pecho e invoca
a los dioses y a las diosas con
una rima.
Tu padre invoca a los ancestros
desconocidos.
Seas purificado con la sal y el
agua, protegido,
bendecido y consagrado por las vías
antiguas
desde ahora hasta que elijas la
tuya propia.
Elizabeth Barrette
el.alquimista.de.la.noche@gmail.com
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