MES DE ENERO |
Ha
llegado la hora de los propósitos de año nuevo y los vagos pensamientos acerca
de purificación primaveral. Fuera hace mucho frio, así que quedémosnos en casa
y pensemos en lo que significa.
Conocemos
a más de una decena de dioses del hogar. Gracias al folclore popular y los
cuentos de hadas, nos suenan mucho más los seres pequeños, como los duendes y
los elfos. En la sociedad romana, los hogares tenían a los Lares y los Penates,
que siempre iban por parejas y no tenían nombre ni personalidad. Los Lares protegían
la casa. En un principio, los santuarios de los Lares se construían en las
piedras que delimitaban las propiedades, pero con el tiempo, la gente los
trasladó al interior de las casas. Cada familia tenía un Lar familiar en un lugar
junto al fuego. Igual que los Lares, nuestras pequeñas estatuas de deidades también
protegen la casa. Los otros seres interiores, los Penates, vigilaban la
despensa y contribuían a la supervivencia familiar.
Los
paganos modernos tendemos a convertir
nuestros hogares en templos dedicados a nuestros dioses favoritos. A pesar de
que a menudo utilizamos indistintamente la palabra “altar” y “santuario”, que
son dos cosas diferentes. Un altar es el lugar donde realizamos nuestra magia.
Construimos numerosos altares para dioses concretos y los reconstruimos y decoramos con hechizos para rituales y
encantamientos.
Un
santuario, es más permanente. La palabra es una mezcla del ingles y el latín y
su significado es caja o arcón para guardar libros y papeles. Si tienes un
santuario en casa, seguramente estará dedicado a un dios o una diosa y lo
tendrás lleno de hechizos cuyo poder alcanza todas las estancias.
La
principal diosa del hogar es Hestia. Esta diosa protege a todos aquellos que
acuden en busca de protección. Los griegos consideraban que esta diosa era la
que mantenía el fuego en el hogar y que ella era la que no dejaba que se
apagase. De hay la imagen autentica de Hestia era un montón de carbón encendido
cubierto con un abrigo de cenizas blancas, que es como las amas de casa griegas
mantenían el fuego encendido.
A
diferencia de Vesta, su equivalente romana, Hestia jamás apareció con forma
humana, aunque, mas adelante, se la represento con una llama.
Hestia
representa todo lo de casa que intentamos proteger. Es a quien le damos las
gracias cada vez que regresamos a casa. Cuando estamos mal, emocional, psíquica
o físicamente, anhelamos estar en casa en compañía de esta diosa. Nuestra casa
nos protege y Hestia protege a tu casa.
Para
los griegos, Hestia era la diosa del hogar ante la cual el cabeza de familia
realizaba frecuentes rituales de ofrenda. Hoy es la autentica diosa domestica,
fundadora y protectora del ritual de la comida que compartimos con amigos y
familiares. La mejor parte del banquete es para ella. Otra forma de honrar a la
diosa del hogar es limpiando la casa de arriba abajo.
Si
estamos agradecidos por tener una casa calida y segura, en el mes de enero es
el momento indicado para construir un altar o un santuario para Hestia.
Ponlo
lo más cerca posible al centro de la casa. Añádele fotografías de ti mismo, de
tu familia, de tus amigos, de tus mascotas, así como amuletos, hechizos y
talismanes para atraer armonía, amor y prosperidad. Enciende una vela blanca
gruesa y ponla en el centro del altar. Invoca a Hestia para que aporte alma a
tu casa. Mientras contemplas la llama sagrada de Hestia, dale la gracias a ella
y a los otros dioses por estar en casa.
Barbara Ardinger
El.alquimista.de.la.noche@gmail.com
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