En la América colonial, la Luna llena de febrero se
conocía como Luna de Nieve, porque era una época en la que intensas tormentas
de nieve barrían la tierra. Para algunos, era la Luna Avivadora , una
época en la que la naturaleza volvía a despertar. A pesar de que pueden llegar
a florecer los primeros azafranes de primavera, la mayoría de regiones está
cubierta de nieve. Ahora es el momento de pedirle a la Luna de Nieve que nos ayude a
realizar cambios positivos en nuestra vida. Igual que la naturaleza está
preparada para despertar de su descanso hibernal, nosotros también podemos
despertar para emprender un nuevo propósito o desempeñar una nueva profesión.
En la Luna de
Nieve es cuando deberíamos plantar nuestras «semillas» del cambio y luego dejar
que echen raíces. Haz un plan ahora y cíñete a él. Todo es posible, tú decides. En esta noche, anuncia tus
intenciones mágicas a la Luna
de Nieve. Como muestra de agradecimiento, enciende una vela violeta y habla con
ella:
Mientras la Tierra está envuelta de color
blanco,
Con un esplendor gélido, la Luna de Nieve vigila la noche.
Déjame realizar cambios, déjame volver a nacer,
Ahora planto ¡as
semillas de la magia; me transformé.
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