Desde épocas prehistóricas, cuando unos pocos lobos
decidieron unirse a nuestros antepasados, el perro ha sido nuestro compañero
más antiguo. Con el tiempo, hemos moldeado a los perros para que cubran
nuestras necesidades, y sus funciones en los mitos y la espiritualidad varían
entre guardianes sagrados y compañeros de caza a precursores de la muerte.
Los perros gozan de nuestra compañía tal vez más que
cualquier otro animal, por lo que apenas es sorprendente que cuando nos
disponemos a hacer magia, muchas veces también quieran participar. Estos
animales, tan sensibles espiritualmente, no solamente protegen nuestro hogar,
sino que también nos mantienen a salvo durante nuestros rituales. Esta
protección tiene un precio. Puesto que los perros han cambiado para convertirse
en lo que nosotros queríamos, cada vez se han vuelto más dependientes de
nosotros. Por consiguiente, los perros son buenos maestros de la
responsabilidad, así como del intercambio equilibrado entre
lo que uno da y recibe.
Los perros son buenos descubridores, y nos ayudan en la caza
y otras actividades. Si tu perro también es tu espíritu compañero, pídele que
te ayude a encontrar un artículo perdido o utiliza sus sentidos más agudos
(físicos y de otro tipo) para reunir más información o recursos para una
actividad mágica. Puesto que son psicopompos por naturaleza, también pueden
ayudarnos a identificar los espíritus de nuestros difuntos e incluso ayudarles
en su próxima vida.
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