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EL DELFÍN
El Maná
(La fuerza de la vida)
Delfín …
Respira conmigo
El alimento divino.
Que maná del universo
Y nos entrelazaremos juntos.
El delfín nos habla de la respiración de la vida, lo único de
lo que los humanos no pueden prescindir más que dúrate unos minutos. Podemos vivir
sin agua y alimentos durante días, pero el oxigeno es la base de nuestra
subsistencia. En la respiración encontramos el ritmo de la energía que emite
todas las formas de vida. Al cambiar la velocidad o el ritmo de la respiración podemos
conectar con cualquier otra criatura o forma de vida. Esta es una forma muy
sencilla de conectar con la divina energía procedente del Gran Espíritu y de
nuestros propios ritmos personales.
El delfín es el guardián de la sagrada respiración de la
vida, y nos enseña la manera de liberar emociones a través de la respiración,
la respiración del delfín. Este mamífero acuático establece el ritmo, nada por
el agua y toma aire antes de sumergirse, después aguantan la respiración mientras
se desplaza por el agua. Cuando emerge de nuevo, expele el aire de un modo que
recuerda un tapón de corcho cuando sale despedido. Nosotros podemos utilizar
esa misma técnica para quietar el tapón de nuestras tensiones y poder
relajarnos totalmente. Este es un buen ejercicio antes de entrar en el
silencio.
El Maná es la fuerza vital. Está presente en cada átomo y es
la esencia del Gran Espíritu. El delfín nos enseña cómo usar el maná de la vida
por medio de nuestra respiración. El Maná revitaliza cada célula y cada órgano,
rompe los límites y las dimensiones de la realidad física, para que podamos
entrar en el tiempo del sueño.
Un día el delfín se hallaba
recorriendo los océanos, mientras la abuela luna urdía los patrones de las
mareas. La abuela luna le pidió que aprendiese sus ritmos, para que pudiera
abrir su lado femenino a su luz dorada. El empezó a nadar al ritmo de las
mareas, y aprendió a respirar de otra manera. Al tanto usar ese nuevo ritmo,
pudo entrar en el tiempo del sueño. Esa realidad era distinta de los mares que había
conocido.
El delfín descubrió ciudades sumergidas en el tiempo del
sueño, y se le concedió el don de la lengua primordial. Este nuevo lenguaje era
un lenguaje sonoro que había traído la araña de la Gran Nación Estelar. El delfín
aprendió que toda comunicación consistía en pautas y ritmos; que el sonido iba a constituir la nueva manera
a través de la cual comunicarse.
El Delfín volvió al Océano
de la Gran Madre y estuvo en el muy triste, hasta que se le acerco la ballena y
le dijo al delfín que podría volver a ser un mensajero de los habitantes del
tiempo del sueño siempre que sintiese el
ritmo y usase la respiración. Así fue como el Delfín tubo un nuevo trabajo: el
de ser el portador de los mensajes. Los habitantes del tiempo del sueño tenían curiosidad
por los hijos de la tierra y querían que creciéramos para que llegásemos a ser
uno con el Gran Espíritu. El Delfín seria el vínculo con ellos.
Si el Delfín se ha acercado hoy, levantando la espuma entre
las olas, debe ser el camino hacia alguna solución para los hijos de la tierra.
Puede que sea un momento en que tengas que conectar con el Gran Espíritu para
traer respuestas a tus propias preguntas o a las de lo demás. Esto puede
significar un tiempo de comunicación con los ritmos de la naturaleza. Se te
avisa de que tomes conciencia de los ritmos de tu cuerpo y de los patrones energéticos.
Imita al Delfín y surca las olas de la risa, propagando la alegría por el
mundo. Respira y experimenta este Maná, fuerza vital, que se te da con tanta generosidad. Rompe las
barreras que te encuentres y conéctate con el Tiempo del Sueño o con la Gran
Nación Estelas. Se consciente de que todos somos seres completos a los ojos del
Uno Eterno.
Josan El Alquimista
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